viernes, 29 de octubre de 2010

Romeo

¡Y que el amor es un mounstro que eleva al engendro del suspiro!, 
Si ha de ser mounstro, que de donde quiera provenga, hasta el mas romantico bohemio le teme.
Oh! inesperado sentimiento, presagio de la belleza que en el interior se postra,
Augurio del tormento que después de la idealización  emerge...
y aquel engendro que del alma despieta,  el final que presede cada nuevo comienzo.